domingo, 15 de septiembre de 2013

Reflexiones posteriores al caso

ALGUNAS REFLEXIONES POSTERIORES AL CASO


Tenemos ya suficiente material a la mano como para poder hacer unas observaciones que a éstas alturas ya no podrán ser refutadas. No nos debe quedar ninguna duda de que la estrategia del Partido Acción Nacional cuyas siglas y cuyas estructuras organizativas estaban cayendo ya en el año 2000 en manos de gente con intereses ocultos que no tenían nada que ver con los ideales del fundador del PAN Manuel Gómez Morín consistió sistemáticamente en minimizar la gravedad de los hechos, haciendo creer al pueblo de México que todo el escándalo se debía a un linchamiento que otros partidos políticos tratan de llevar a cabo en contra del PAN por cosas sin importancia. Veamos, pues, cada uno de los argumentos que esgrimieron en aquél entonces los líderes del PAN en torno al caso de los Amigos de Fox, dando respuesta a cada uno de dichos argumentos apoyándonos en el material que tenemos al alcance de nuestras manos:

ASERCION: “No hay pruebas de que hubo dinero extranjero en el caso de los Amigos de Fox.”

RESPUESTA: Falso. Están mintiendo, y lo saben. La fantasmagórica empresa Dehydration Technologies Belgium no es ninguna empresa mexicana, con ninguna filial en México, y su misterioso propietario Jean-Martin Popiel no es ningún mexicano, hasta donde es posible saberlo.

ASERCION: “A diferencia del Pemexgate, que se financió con dinero del erario público, Amigos de Fox se financió con dinero de particulares que no causó ningún quebranto a la Nación.”

RESPUESTA: Los dineros negros que “no causaron ningún quebranto a la Nación” eran sumas multimillonarias, no eran cambio de bolsillo, y hay la sospecha fundamentada de que mucho de ese dinero nunca fue contabilizado por haberse usado fuera de canales legales. Aún no se sabe qué compromisos fueron contraídos por Vicente Fox a cambio de tan fuertes contribuciones en caso de llegar a la Presidencia y hasta qué punto la soberanía nacional y los intereses del país fueron puestos en riesgo a cambio de la aceptación de tales recursos. La caricatura política que aparece en el siguiente archivo fotográfico:




habla por sí sola resumiendo lo mucho que aún se desconoce en torno al asunto. Por otra parte, los recursos del Pemexgate fueron recursos aportados directamente a la campaña de Francisco Labastida Ochoa no por la empresa paraestatal PEMEX, sino por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), y un sindicato de trabajadores no es una dependencia del gobierno. Aquí el que estaba en problemas no era la empresa paraestatal PEMEX, sino el STPRM, y lo que hagan los del sindicato de PEMEX con su dinero es cuestión que compete a ellos, no al gobierno. Inclusive el mismo IFE terminó aceptando y reconociendo que el dinero del Pemexgate era, a fin de cuentas, dinero privado:




ASERCION: “Las consecuencias del Pemexgate para el país fueron más dañinas que el asunto de los Amigos de Fox”.

RESPUESTA: Puesto que el candidato presidencial priista Francisco Labastida Ochoa, el beneficiario de las contribuciones atribuídas al Pemexgate, perdió las elecciones y no ocupaba en esos momentos ya ningún cargo público que le diera poder alguno para recompensar a sus benefactores o para andarlos encubriendo, a excepción de las menguadas arcas del Sindicato de Trabajadores Petroleros de PEMEX nadie más ha resentido pérdida o daño alguno que pueda estar lamentando en éstos momentos. En cambio el asunto de los Amigos de Fox llevó hasta la cima del poder al hombre que se convirtió precisamente el Presidente de México, cuyas decisiones se vieron afectadas en todo momento por todas las posibles consecuencias que le podían acarrear a causa de sus relaciones con sus Amigos que terminaron reclamándole que no los dejara solos y que usara todo el poder a su alcance para ayudarlos. Al menos el dinero del Pemexgate se sabe exactamente de dónde provino, es dinero mexicano. En cambio, el dinero que provino del extranjero vía los Amigos de Fox hasta la fecha no se sabe exactamente de dónde vino ni a qué intereses esté sirviendo. En las palabras del entonces Diputado Federal David Penchyna Grub: “El denominado Pemexgate no es un gate, porque los gates tienen que ver con asuntos que involucran al gobernante. El caso de PEMEX no es un gate porque ninguno de los presuntos involucrados en el asunto son gobernantes: haber bautizado así al caso PEMEX es una perversión del panismo incompetente. En cambio, el caso Amigos de Fox sí es un gate porque tiene que ver con la legitimidad del gobierno actual”.

ASERCION: “El dinero dado por los Amigos de Fox antes de que comenzara la campaña, por ejemplo en 1998, no cuenta, por haber estado fuera de tiempos electorales”.

RESPUESTA: Cualquier dinero para la campaña de un partido político, aún en tiempos de precampaña, jamás reportado al IFE, sí cuenta si es gastado en tiempos electorales. Es una estupidez alegar, por ejemplo, que 800 millones de pesos de dinero “extra” recibidos en el 2004 ya no pueden ser investigados aunque se usen íntegramente en el 2006 cuando se esté llevando a cabo la campaña electoral del 2006. En tal caso, sería posible burlar de manera cómoda todos los mecanismos para controlar el financiamiento de las campañas políticas con el simple recurso de hacer un “guardadito” antes de que empiece la temporada electoral.

ASERCION: “El caso Amigos de Fox sólo amerita una sanción administrativa, una simple multa”:

RESPUESTA: Este parece ser un argumento diseñado por quien se decía Zar Contra la Corrupción, Francisco Barrio Terrazas, el hombre que creía que sería Presidente de México, sin darse cuenta de que los poderes fácticos y las fuerzas ocultas movilizadas por la derecha ultraconservadora de que además de corrupto, era un tarugo. Cuando en un caso como el de los Amigos de Fox se sanciona con simples multas sin enviar a nadie a la cárcel, se sienta un precedente peligroso, porque en tal caso un simpatizante (podría tratarse de una nación extranjera tratando de controlar la soberanía del país) que quiera ofrecer su ayuda económica a un candidato presidencial como una inversión (esperando obtener algo a cambio) podría asignar en su presupuesto una partida total de unos 900 millones de pesos para cierto candidato presidencial, dándole 300 millones de pesos para usarlos en su campaña política como lo estime conveniente, y en caso de que se descubriera ésta aportación de 300 millones no reportada entonces puesto que la multa que puede imponer el IFE no puede exceder del doble de la cantidad no reportada (este límite ha ido variando de tiempo en tiempo), en éste caso 600 millones, pues simplemente se pagaría la “sanción administrativa” de 600 millones de pesos, ya presupuestada, y asunto arreglado. Sin penas de prisión en el horizonte para intimidar a los posibles delincuentes electorales, no hay forma de parar a cualquier contribuyente con recursos que trate de comprar la conciencia de un candidato a la Presidencia de México. De éste modo, no hay diferencia práctica entre una “sanción administrativa” y un soborno. Y de hecho, quiérase o no, el precedente sentado por los Amigos de Fox es ni más ni menos el precedente histórico de impunidad en el que el sistema político mexicano se ha vuelto disponible para ofrecer la Presidencia de la República al mejor postor. Cabe citar el siguiente editorial publicado en un periódico norteño de la ciudad que fue pieza clave para la introducción de dinero ilegal a la campaña de los Amigos de Fox:

La presidencia se ganó con dinero
José Reveles
EL DIARIO
6 de noviembre del 2003

Si algún mexicano aprendió bien la lección de civismo “sui generis” que dieron los Amigos de Fox, desde hoy debe estar fundando empresas fantasma que servirán para acumular dinero de cualquier procedencia y luego triangularlo, mediante operaciones que den la impresión de tratos comerciales entre particulares, para destinarlo a la compra de espacios publicitarios, actos propagandísticos, trípticos, mantas, videos, pago de transportes, adquisición y renta de oficinas, toda esa parafernalia que implica contender para apoderarse de la presidencia de la república.
Y si es tan previsor como Lino Korrodi, estará diseñando este magno operativo financiero para las elecciones no del 2006, sino del 2012.
El escenario no es tan descabellado, si ahora podemos comprobar –de acuerdo con las 552 páginas de la investigación que concluyó la Procuraduría General de la República- que desde hace tres lustros Vicente Fox y sus amigos se propusieron ganar la carrera hacia Los Pinos. El plan se llamó primero, allá por 1988, “Un hombre en La Silla en el 2000” o “La guanajuatización de México”.
Aunque Fox iniciaría formalmente su precampaña presidencial en julio de 1997 (en los hechos pidió licencia para dejar la gubernatura de Guanajuato hasta agosto de 1999), ya para sus campañas en pos del gobierno de Guanajuato había recibido financiamiento privado en 1991 y 1995.
Comer y rascar (eso dice el refrán, pero agregaría que también grillar y aspirar a puestos políticos) todo es empezar. A Fox y sus cuates se les volvió costumbre propiciar esta injerencia privada en gastos de campaña para garantizar triunfos en las urnas.
La estrategia de mercadotecnia y finanzas -con planeación y operación de empresas que manejaron recursos y triangulaciones a largo plazo- se hizo tan evidente para los comicios del 2000, que la Alianza para el Cambio terminó multada por el IFE a causa de sus excesos.
En cambio la PGR se pasó casi tres años indagando para supuestamente probar si hubo o no recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero en la campaña que juntos llevaron los Partidos Acción Nacional y Verde Ecologista y la asociación civil Amigos de Fox, para finalmente decretar “el no ejercicio de la acción penal” por considerar que no existe un solo elemento para sospechar de esos delitos en torno al viejo y activísimo proselitismo del actual primer mandatario.
Es amargo el sabor de boca que deja la lectura de esas 552 páginas, pues cualquier inteligencia mínimamente lógica se percata de que Lino Korrodi y sus tres hijas (Valeria, Karla y Estefanía), al igual que la operadora de los dineros Carlota Robinson Kauachi, recibieron todas las facilidades por parte de la PGR para reunir documentación que respaldara todas y cada una de las operaciones sospechosas.
Baste decir que la Procuraduría ni chistó al confirmarse que Carlota Robinson, quien se ostentó ante el Ministerio Público como ama de casa dedicada a labores del hogar, emitió y firmó por lo menos mil ciento cuarenta y seis cheques de sus cuentas de Bancomer e Ixe Banco. Ni siquiera tiene registro federal de contribuyentes y manejó decenas de millones de pesos por órdenes de Korrodi.
A la PGR le pareció normal, fuera de toda sospecha, que Lino y su hija Estefanía le hayan regalado “en usufructo vitalicio y a título gratuito”, el total de sus acciones en las empresas Grupo Alta Tecnología en Impresos y K-Beta, en donde se concentraron los dineros para la campaña de Fox, a ciencia y conciencia del Partido Acción Nacional, aportados por empresarios en cantidades que superaron por mucho los límites de donación establecidos en el Código Electoral, por sociedades mercantiles y algunos incluso procedentes del extranjero, todo ello prohibido en la misma ley.
Le pareció a la autoridad ocioso investigar si, como aseguró en su declaración ministerial, Valeria Korrodi le envió desde el Bank of the West de El Paso, Texas, diez cheques por un total de 85 mil dólares, a través de su hermana Estefanía, a la propia Carlota Robinson como un “préstamo personal” en abril del 2000.
Faltaban tres meses para la elección presidencial y urgía apretar el paso. Carlota pagó con ese dinero publicidad que había sido contratada (ilegalmente también, pues solamente los partidos pueden hacerlo) en TV Azteca.
¿Cuándo pagó Carlota Robinson ese generoso préstamo? Eso no lo investigó la PGR, pues sólo se dedicó a recabar los testimonios y facturas de los acusados de tal manera que no quedara ni un resquicio de posibles culpas.
Por esto tampoco aparece en toda la investigación una alusión siquiera al pago de impuestos que, aún con una cesión gratuita y vitalicia como la que le hicieron los Korrodi a la Robinson, debieron reportarse a la Secretaría de Hacienda. Si una indagatoria sobre posible blanqueo de capitales no corrobora lo que ocurrió entre las empresas citadas y Hacienda, algo huele sospechoso.
La PGR simplemente ignoró que las denuncias presentadas por el perredista Pablo Gómez y el consejero electoral Jaime Cárdenas en el 2002 señalan como presuntos responsables de delitos también a Vicente Fox, a Carlos Rojas Magnón, Juan Antonio Fernández, Rosa María Cabrero y Luz María Aguilar. A ellos ni les hurgó en sus vidas y cuentas bancarias ni los llamó a declarar ante el MP.
Volviendo al tema inicial de que con dinero a manos llenas y propaganda, con un discurso populista y compra de espacios publicitarios en los medios se puede acceder a Los Pinos, ya en 1998 José Luis González González, coordinador de la precampaña, presentó el Proyecto Milenium para llevar a Fox a la Presidencia. El anuncio coincidió, en febrero, con la fundación de “Amigos de Vicente Fox”.
Un cuñado de Fox, Arturo Torres del Valle, declaró en diciembre del 2000 que un grupo de empresarios aportó recursos para el proselitismo de Fox tras el gobierno de Guanajuato en 1991 y 1995. Operaban entonces en el Distrito Federal, detalló, José Luis González González, Lino Korrodi y Carlos Rojas, quienes lograron el auxilio económico de Juan Sánchez Navarro, vicepresidente del Grupo Modelo.
Y omnipresente, en todo este trayecto, Lino Korrodi. Como confiesa en su libro titulado “Me la jugué”, cuando llegó el triunfo el 2 de julio del 2000, “viví con gran intensidad cada minuto, quizás como nadie, luego de más de una década en la que pude participar en aquel sueño a partir de su gestación”.
Jorge Castañeda, quien ahora construye su propia candidatura presidencial tras renunciar a la Cancillería, en el prólogo al libro de Korrodi escribe:
“Sin el dinero que Lino juntó, sin su talento para convencer a los empresarios del país a apostarle a una opción remota como Fox, no hubiera habido campaña de Fox, no hubiera habido candidatura de Fox y no hubiera habido triunfo de Fox”.
La campaña presidencial manejada como si se tratara de cajas de Coca Cola. O “dime cuánto tienes y te diré si ganas”.


ASERCION: “Todas las críticas y denuncias en torno a los Amigos de Fox fueron parte de una campaña orquestada por el PRI para desprestigiar al PAN, pese a que el PRI siempre ha tenido mucha cola que le pisen”

RESPUESTA: Resulta jocoso ver cómo en el Partido Acción Nacional le quisieron achacar en ese momento toda su mala fama a la mala prensa y a sus enemigos políticos. Bien, al menos en lo que al PRD respecta, dicho partido no tenía tanta cola que le pisaran en torno al financiamiento de su campaña presidencial en el 2000, lo cual le dió la autoridad moral para hacer cuestionamientos acerca de lo que ocurrió en aquella época, y resulta que también el PRD estuvo insistiendo en que se llegara hasta el fondo del asunto en todo lo que respecta a los Amigos de Fox:





Además, quedaron para la posteridad y para el estudio de las siguientes generaciones las pruebas documentales, y ésas no mienten; sobre esto último tal vez lo que más lamentaron los malos panistas –sobre todo los corruptos a cual más demostrando con creces su corrupción excelsa una y otra y otra vez y que terminaron demeritando la valiosa contribución de la poca gente capaz y honesta que todavía queda dentro de dicho partido- con respecto a las demandas de llegar al fondo del asunto hasta sus últimas consecuencias (una frase muy usada pero muy desgastada en México porque no ha habido absolutamente nada que haya sido llevado hasta sus últimas consecuencias) es que ni los financieros ocultos detrás de los Amigos de Fox ni los panistas mismos tuvieron el tiempo suficiente para borrar y desaparecer las evidencias.